Ayer, domingo, leyendo en EPS el reportaje sobre la perra vida de los galgos, para olvidar esas tristes imágenes, he recordado los cuadros del pintor Antonio Laita, navarro de Cirauqui, en los que los perros de esta raza aparecen en escenas más amables que las que narra el reportaje.
En este país, -muchas veces, cruel y ruin- sigue habiendo individuos que siguen maltratando a los perros -peleas, ahorcamiento de galgos que no valen para la caza, ahogamiento de cachorros, abandonándolos en las carreteras...- y el Estado, tan eficiente para algunas cosas, en este tema, va y mira para otro lado.
Como dice el gran Arturo Pérez Reverte, muchas veces la lealtad y la honradez de los animales están por encima de las de un humano. Y es que hay gentuza a quien llamar hijo de perra es insultar a un animal tan noble, tan leal y tan fiel como es el perro.... y éstos no se lo merecen.
2 comentarios:
Este siempre ha sido un tema que me ha tocado la fibra...
Algunas personas se merecen que les hagan los que ellos hacen.
Felizlunes.
El utilitarismo de la sociedad moderna que afecta también a los animales. Los galgos son como las personas en muchos ámbitos de la vida: cuando no sirven, las dejas ahorcadas en cualquier chopo del camino. Saludos, Maestro.
Publicar un comentario