
Si hay algo que me pone de los nervios es la tuna, porque no puedo con ellos. A pesar de mi terapia zen. Me parece una tradición hortera y, por ello, me repatean las tripas los tunos. Por ello, cada vez que los veo por las calles de Pamplona -afortunadamente, cada vez menos- no puedo sino dar el grito de guerra,
¡¡¡¡¡Tuno vete, al siglo dieciste!!!!!
Me congratulo de la información que aparece en un periódico que dice que, en mi ciudad, sólo queda una tuna, la de Medicina. Y que si no se remedia, van a desaparecer. Pues ya era hora. ¡¡¡¡¡Ni un tuno en el siglo veintiuno!!!!!